15 marzo, 2007

Crónica acto Círculo Economía «Optimismo moderado ante el 50 aniversario del Tratado de Roma»

La Unión Europea tiene potencial suficiente para consolidarse. El proyecto político e institucional debe afianzarse para poder caminar con firmeza. Estas ideas se desarrollaron en el acto conjunto para celebrar el 50 aniversario de la firma del Tratado de Roma, organizado por el Comité Español de la LECE y el Círculo de Economía en Barcelona el pasado 15 de marzo.

Confianza en redireccionar el Tratado para una Nueva Constitución Europea y, así, concretar el proyecto político-institucional de la Unión Europea (UE). Implicar más a la ciudadanía en la construcción europea. Reforzar el interés económico común. Esos fueron las grandes líneas que se apuntaron en el acto del Comité español de la LECE y del Círculo de Economía en el 50 aniversario del Tratado de Roma. En la sesión intervinieron el presidente del Comité español de la LECE, el senador Carles Gasòliba; el presidente del Círculo de Economía, Jose Manuel Lara Bosch; el antiguo presidente de ambas entidades, Carlos Güell de Sentmenat; el vicepresidente del Círculo, Anton Costas; el presidente del Centre de Cultura Contemporànea de Barcelona (CCCB), Josep Ramoneda y el secretario general para la Unión Europea del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación del Gobierno español, Miguel Angel Navarro.

Para Carles Gasòliba, y en líneas similares se pronunció el presidente del Círculo, Jose Manuel Lara Bosch, la ampliación y el euro han avanzado con éxito. Sobre el tercer gran proyecto de la UE, la reforma político-institucional, confía en el compromiso de la canciller alemana, Angela Merkel para, desde la presidencia alemana de la Unión, asegurar un nuevo Tratado que incluya los contenidos fundamentales de la Constitución Europea.

En este sentido, el secretario general para la Unión Europea del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación del Gobierno español, Miguel Ángel Navarro, aseguró que la crisis europea actual es de crecimiento y no de proyecto porque, si no, no habría tantos países llamando a la puerta de la Unión. Sobre el proyecto, Navarro considera que ahora se está en una fase de consolidación y de gestión de lo adquirido.

Para Miguel Ángel Navarro, uno de los grandes problemas es que Europa no se ha explicado al ciudadano y, por ello, los que llevan años ven amenazas en su seguridad.

Precisamente, el presidente del CCCB, Josep Ramoneda, afirmó que la UE debe superar la “conjura de los irritados”, de los ciudadanos que se han visto demasiado al margen del proceso de construcción europea. Para implicar más a la ciudadanía, para darles una Europa más inteligible, Ramoneda cree que es inevitable ir hacia una elección de un Presidente europeo por sufragio universal.

Josep Ramoneda recordó que la Unión Europea no se puede derretir tan fácilmente si tenemos en cuenta los conceptos bajo los que se ha construido. En primer lugar, su identidad se ha hecho contra la guerra civil, lo cual hace ahora imposible que se repita otro escenario de confrontación bélica entre sus Estados. En segundo lugar, es una civilización urbana, en la que la ciudad, la urbanidad, el espacio público tienen un poder inigualable en otras partes del mundo. Solamente, dijo Ramoneda, la ciudad de Nueva York se acerca al concepto que domina en Europa. En tercer lugar, el patrimonio de Europa es el de la “razón crítica”, y ha quedado demostrado que el Continente se ha arruinado cada vez que ha abandonado esa razón crítica.

Falta interés económico común

Aún así, el catedrático de economía y vicepresidente del Círculo de Economía, Antón Costas, recordó que el supuesto “enfermo europeo” goza de buena salud económica, y que lo que ocurre es que la realidad de su empresariado es mucho mejor que la reputación que tienen. Costas considera que se está a punto de crear un gran gobierno europeo para dejar actuar a sus grandes empresas.

El problema está en que, según Antón Costas, hay un patriotismo económico tan fuerte que dificulta una evolución fluida de un interés económico común con grandes empresas europeas al frente. Si se es paciente ante ese patriotismo y se facilita la creación de redes entre empresarios, se podrá desarrollar una política económica fuerte en Europa. Como apunte, el vicepresidente del Círculo de Economía dijo que la política energética común es uno de los mecanismos más potentes para regenerar ese interés compartido, ante los posicionamientos que están tomando Rusia y los países árabes y del norte de África.

El futuro de la UE está en el rol que deben jugar las generaciones que vienen para potenciar la cohesión, la voz común y un liderazgo que ilusione a los propios europeos. Éste fue el mensaje del que fue presidente del Comité Español de la LECE y del Círculo de Economía, Carlos Güell de Sentmenat. En su intervención, Gúell remarcó que la Europa del siglo XXI debe apuntalar su democracia con sentido social, su patrimonio cultural y social y el nivel económico y educativo que está alcanzando. Para Carlos Güell, la LECE y el Círculo de Economía deben trabajar en esa línea.

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