El presidente checo, Vaclav Klaus, actua contra el Tratado de Lisboa con los mismos argumentos que ha jugado su país en los últimos veinte años en momentos clave de su política exterior: asegurarse que el Tratado de Lisboa impida la reclamación de los bienes alemanes en los Sudetes, que Praga confiscó después de la II Guerra Mundial. Com recuerda Adam Drda en el European Voice, esta carta la han jugado en los últimos veinte años los socialdemócratas, los comunistas y los del centro-derecha de la República Checa.

Klaus, defender of the Czech nation? (Adam Drda, European Voice, 15 de octubre de 2009)