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Día de Europa 2025: Reforzar el compromiso con el proyecto europeo
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12 noviembre, 2009
El Tratado de Lisboa está en vigor después de la firma del presidente checo, Vaclav Klaus. Por lo tanto, la Unión Europea tiene ya el marco institucional para actuar en el mundo con voz única como primera potencia económica mundial y bajo las premisas de paz, libertad y progreso, que es como se ha ido construyendo desde su creación.
La Presidencia española del próximo semestre deberá recoger este guante y llegar a acuerdos con contenidos y planes de acción. Es el momento para demostrar que hay una política exterior común basada en el multilateralismo dialogante. Ese fue el principal mensaje del Seminario sobre Relaciones Exteriores de la Unión Europea celebrado en Barcelona el pasado 12 de noviembre, y organizado por el Comité Español de la LECE con la colaboración del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación del Gobierno español, el Centre d’Estudis Internacionals, la representación de la Comisión Europea en Barcelona y el Centre Internacional de Premsa.
Finalmente ya está preparado para ser ratificado el nuevo fundamento jurídico base para la Unión Europea (UE), el Tratado de Lisboa. La próxima presidencia española de la UE podrá acompañar la labor del nuevo presidente del Consejo y de un Ministro de Asuntos Exteriores para todos los europeos. Por lo tanto, el mensaje que se quiere dar desde España a la ciudadanía en su mandato es que Europa ha vuelto para actuar en el mundo y sin excusas, porque el Tratado así lo permite. Así lo indicó Carlos Carnero, embajador en Misión Especial para proyectos de Integración de la UE, en la conferencia central del Seminario sobre Relaciones Exteriores de la UE organizado por el Comité Español de la LECE del pasado 12 de noviembre.
Ahora, dijo Carnero, la UE no puede fallar i debe mostrar de lo que es capaz su política exterior multilateralista, basada en el dialogo, la búsqueda de soluciones y el uso de la fuerza, si se da el caso, de forma argumentada, legítima y proporcional. Además, la coyuntura actual lo permite, porque se ha conseguido tener socios internacionales como los Estados Unidos (EE.UU.) y China con mensajes bastante unitarios en política internacional.
Esa voz única de la UE no va a ser fácil. Al menos así lo cree otro de los ponentes del Seminario, el periodista Lluís Foix. Foix considera que el gran peligro está en la creciente fuerza de los nacionalismos de estado entre los miembros de la UE, con discursos económicos, políticos y estratégicos que defienden sus intereses propios. En contrapartida, cree Foix, la UE debe hacer valer en el mundo su forma de hacer política hasta ahora, basada en los principios de paz, libertad y progreso. Exportar la idea de libertad y de paz es un nuevo reto de la UE, así como exigir esos elementos en todos los acuerdos con países terceros, sobretodo en aquellos con democracias dudosas.
Para el embajador Carlos Carnero, la presidencia española de la UE debe desprender el mensaje de euroamericana y euromediterránea. Por ello se quiere renovar la Agenda Transatlántica de 1995 en la cumbre que se celebrará con los EE.UU., la primera del presidente norteamericano Barack Obama en tierras europeas. Paralelamente, se quiere recuperar el hilo conductor del Proceso de Barcelona en el ámbito euromediterráneo, reforzado ahora con la Unión por el Mediterráneo (UM) con su secretariado en la Ciudad Condal. En este sentido, Carnero confirmó el deseo de que el secretariado esté en marcha, se puedan ejecutar los primeros proyectos y se valoren los que ya funcionaban.
Sobre la andadura de la Unión para el Mediterráneo, el director del Instituto Europeo del Mediterráneo, Senén Florensa, afirmó que la situación actual és bastante compleja. De hecho, la UM ha estado todo este año bloqueada a raíz del conflicto de Israel con Palestina en Gaza. El hecho de que la UM la copresidan el norte y el sur hace que una de las dos partes pueda frenar la realización de cualquier reunión. Durante el desarrollo del Proceso de Barcelona ha quedado demostrado, dijo Florensa, que los países que han jugado un papel activo han progresado más que los que se han quedado en la retaguardia.
Por su parte, la directora del instituto de Estudios Europeos, Blanca Vilá, cree que la UM tendrá valor si su secretariado actúa de manera determinante. Ello implica potenciar la idea de un espacio euromediterráneo -igual que existe un espacio Schenghen o un espacio euro- y una metodología clara para hacer pequeños pasos en los grandes temas que son la energía, el medio ambiente, la gestión del agua, la inmigración y las infraestructuras de transporte. La política que debe hacerse, dijo Vilá, es la de la confianza recíproca y el reconocimiento, sin imponer nada y con un papel muy importante de la sociedad civil a través de redes de colaboración.
Lo que parece claro es que la situación de Oriente Próximo y la resolución del conflicto con Irán son las claves para que la política euromediterránea se mueva con fluidez y efectividad. El periodista Martí Anglada apuntó que la presidencia española podría trabajar en la mediacion activa del conflicto palestino-israelí, para facilitar el diálogo y generar mecanismos de ayuda. España, recordó Anglada, tiene la credibilidad generada por la Conferencia de Paz en Madrid en 1991 y por la buena imagen que dejó en la mediación el actual ministro de Exteriores español, Miguel Angel Moratinos. Sobre Irán, Anglada afirmó que es un obstáculo más complejo de salvar y que, además, afecta también a la candidatura de Turquía para entrar de lleno en la UE.
Sobre América Latina, la idea de la presidencia española es impulsar la relación entre la UE y Mercosur, además de la celebración de una cumbre con América Latina y el Caribe para generar un plan de acción y un programa de trabajo que evite que lo acordado quede en papel mojado. Precisamente, el catedrático y coordindador del Observatorio de Relaciones Unión Europea-América Latina, Ramon Torrent, recordó que el acuerdo entre la UE y América Latina de 1994 sólo se ha materializado, quince años después, en acuerdos con Méjico y Chile.
Torrent, presentado por el profesor de la Universitat de Barcelona, Joaquim Llimona, recordó que, además, aún no ha entrado en vigor un tratado de diciembre de 2003 con esa región porque hay un estado miembro de la UE, Grecia, que aún ahora lo está bloqueando. Es más, los países del Mercosur, Brasil y la Comunidad Andina no han puesto mucho de su parte para facilitar el avance de las relaciones. A partir de ese contexto, Ramon Torrent cree que la presidencia española debe ser ambiciosamente modesta con América Latina, y, al hilo de lo que dijo el periodista Lluís Foix, como mínimo debe trabajar para que los acuerdos recojan como contrapartida la protección de los derechos de los trabajadores de esa región.
El seminario fue inaugurado por una mesa compuesta por el presidente del Comité Español de la LECE, Carles Gasòliba; el director de la Representación de la Comisión Europea en Barcelona, Manel Camós; la Jefe de Estudios del Centre d’Estudis Internacionals, Helena Torroja y por la presidenta del Centre Internacional de Premsa, Rosa Calaf.