26 marzo, 2010

Almuerzo coloquio en Madrid con el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordoñez: La cooperación internacional y la supervisión financiera conjunta en Europa es una consecuencia positiva de la crisis

Para tratar la crisis se debe contar con todos los países del escenario económico global. Estados Unidos y Europa lo han entendido y la máxima expresión ha sido la creación del G20. La supervisión financiera también ha entrado en un nuevo escenario en Europa. La creación de tres Autoridades europeas de supervisión, sin perder el equilibrio con el papel de los supervisores nacionales, es otra buena medida para mejorar la supervisión e implementar adecuadamente la regulación del sistema.

El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, realizó esos y otros apuntes durante el almuerzo coloquio del Comité Español de la LECE celebrado en Madrid el pasado veintidós de marzo.

Uno de los grandes avances de la crisis es la cooperación internacional para solucionar conjuntamente la situación. La máxima expresión es el papel asumido por el G20. Según el Gobernador del Banco de España, el mundo no es Europa ni los Estados Unidos, sino que se debe tener en cuenta este conjunto más amplio de países, que representan el ochenta por ciento del PIB mundial. La Unión Europea ha respondido positivamente integrándose en ese nuevo contexto.

En el caso de España, ha dado un paso importante desde el punto de vista financiero con su entrada en el Consejo deEstabilidad Financiera, representada por el mismo Gobernador y por el Secretario de Estado de Economía del Gobierno español. Hasta ese momento el país solamente estaba representado en el Comité de Basilea. Aún así, Miguel Ángel Fernández Ordoñez remarcó en el último almuerzo coloquio del Comité Español de la LECE que España había sido muy rigurosa antes de la crisis en la supervisión financiera, con aspectos como la obligación de consolidar en los balances bancarios todos aquellos instrumentos que podían constituir un riesgo para las entidades, a diferencia de lo que ocurrió en otros países.

El nuevo contexto

El paso de un nacionalismo económico a una visión conjunta de la forma de afrontar la crisis, bajo el paraguas del G20, ha permitido evitar el impacto negativo a corto plazo y trabajar para el medio plazo. Las acciones del corto plazo han sido los rescates bancarios y medidas fiscales expansivas, con el apoyo de los bancos centrales. Según Ordoñez, es bueno recordar que España aún no ha necesitado ir al rescate del sistema bancario.

Entre las medidas que se deberán desarrollar están la mejora de la regulación prudencial y contable, para tener un sistema financiero robusto y resistente a las oscilaciones cíclicas. Otra medida es promover estándares internacionales para evitar normas distintas, y trabajar para lograr la mayor convergencia posible en el ámbito de la regulación contable. También se está actuando en mejorar la supervisión individual de cada país para asegurar la implantación del nuevo marco y, a su vez, evaluar los riesgos globalmente y no solamente entidad a entidad -supervisión macroprudencial.

En este sentido, la Unión Europea, a partir del informe De Larosière encargado por el presidente de la Comisión, Durao Barroso, aboga por un sistema de supervisores europeos que cuente con una participación activa de los supervisores nacionales. De este modo, Fernández Ordóñez recordó el acuerdo de los ministros de economía de la Unión para crear un Consejo Europeo de Riesgos Sistémicos que desarrollará tres Autoridades Europeas de Supervisión -bancaria, de valores y de seguros. El Gobernador del Banco de España considera muy positivo este nuevo marco, que permitirá compatibilizar la visión europea e independiente de las nuevas autoridades, con el mantenimiento de un papel primordial de los supervisores nacionales. De momento, está en debate en el Parlamento europeo antes de que se empiece a implementar.

Los fallos de la supervisión

El Gobernador quiso repasar también los fallos de la supervisión antes de la crisis. En primer lugar, recordó que la regulación y la supervisión financiera se orientó hacia la auto-regulación de los mercados en el periodo expansivo y de crecimiento. Ello, acompañado por políticas monetarias expansivas contribuyó al apalancamiento de particulares, empresas y entidades financieras con un endeudamiento importante.

Ante ese marco, Ordóñez considera que hubo otra serie de errores de los reguladores y los supervisores. Por ejemplo, no se tuvieron suficientemente en cuenta los incentivos de los participantes en los mercados y el desarrollo en Estados Unidos de los mercados de titulización de hipotecas bajo el modelo de “originar para distribuir” contribuyó a enmascarar los riesgos existentes. Tampoco se tuvieron suficientemente en cuenta los riesgos de carácter común; en ocasiones, las entidades consideradas individualmente no están especialmente expuestas a un determinado riesgo, pero el conjunto del sistema sí lo está. En otras palabras, se perdió la perspectiva del riesgo del sistema, aceptando la falacia de que si cada entidad es suficientemente robusta, entonces lo es también el sistema en su conjunto.

Otro fallo fue el de la implementación, al no cumplir los supervisores muchas reglas que estaban previstas, como la consolidación de las actividades que se situaban fuera de los balances bancarios. Otra vez, Ordóñez recordó que España fue muy rigurosa en este aspecto ya antes de la crisis.

El acto y posterior debate con el Gobernador del Banco de España fue presentado y moderado por el presidente del Comité Español de la LECE, Carles Gasòliba.

 

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