3 abril, 2020

Covid-19: la LECE pide solidaridad y una respuesta fiscal común

La solidaridad sana es un objetivo importante de la UE que clama una soberanía compartida, especialmente en emergencias sanitarias como la actual. La falta de solidaridad europea plantea un peligro existencial para la UE.

A continuación exponemos el documento completo de la opinión de la Liga Europea de Cooperación Económica (LECE) sobre los efectos de la pandemia del Covid-19 y las actuaciones de las instituciones europeas. Es una opinión al más alto nivel suscrita por los Presidentes de la LECE Internacional, las Secciones Nacionales de la LECE y las Comisiones Internacionales de la LECE.

En este enlace se puede descargar el documento completo

EUROPEAN LEAGUE FOR ECONNOMIC CO OPERATION – ELEC –LIGA EUROPEA DE COOPERACIÓN ECONÓMICA – LECE –

Solidaridad y coordinación audaz  para salvar a los ciudadanos de la UE y el proyecto de la UE

Opinión de alto nivel de la ELEC

2 de abril de 2020
Liga Europea de Cooperación Económica
Fondation Universitaire Rue Egmont 11 – Bruselas

Como herederos de los fundadores de la Liga Europea de Cooperación Económica (LECE), nosotros, los Presidentes de la LECE Internacional, las Secciones Nacionales de la LECE y las Comisiones Internacionales de la LECE, compartimos la profunda preocupación que ha suscitado la pandemia de COVID-19, que ha empujado a la UE a una crisis sanitaria y económica de una magnitud que nadie podría haber previsto. La ferocidad de la crisis y su carácter mundial exigen solidaridad y cooperación a todos los niveles, en particular a nivel de la UE. Ya es hora de que los dirigentes europeos hagan más, lo hagan mejor, lo hagan más rápido y lo hagan juntos en beneficio de todos los ciudadanos de la UE.

Apoyo inequívoco a todos los esfuerzos de la UE para contener la pandemia y sus consecuencias sociales y económicas

La actual crisis sanitaria provocada por el virus de la Corona está arrastrando al mundo a una recesión global, ya que tres mil millones de personas están confinadas en el planeta mientras que cadenas de suministro y empresas enteras se han cerrado. El coronavirus implica una combinación de choques de demanda, oferta e incertidumbre. Esto tiene repercusiones en los precios del petróleo y en las condiciones financieras.

La lucha médico sanitaria y económica contra COVID-19 están vinculadas.

Covid-19 representa un desafío sin precedentes para los sistemas de atención sanitaria de Europa y un duro golpe para la economía de la UE. La profundidad de la recesión y el ritmo de la recuperación posterior dependen de manera crucial de la eficacia tanto de las políticas de contención extrema para calmar la penuria en los hospitales y reducir al mínimo el número de muertos; como de las medidas de apoyo masivo que ya se han adoptado para proteger el tejido económico y las medidas posteriores para reactivar la economía.

La LECE apoya plenamente las acciones que han sido emprendidas por las instituciones europeas. Encomia a la Comisión Europea por sus diversos esfuerzos, en particular la Iniciativa de inversión en respuesta al coronavirus, la suspensión de las normas y límites fiscales del Pacto de Estabilidad y Crecimiento para permitir el apoyo de emergencia a gran escala y el Marco temporal de ayuda estatal para salvaguardar las empresas y los empleos europeos. Acoge con beneplácito las intervenciones audaces y a gran escala del BCE y el BEI en la movilización de recursos.

Los gobiernos nacionales han intervenido naturalmente para apoyar a sus ciudadanos, los sistemas de atención de la salud y las economías. Han adoptado programas sin precedentes de «lo que sea necesario» a una velocidad récord. Desafortunadamente, hay dos grandes inconvenientes con estos programas nacionales. No están coordinados entre los Estados miembros de la UE y carecen de un enfoque común. Por lo tanto, son desiguales, amenazan el mercado interno y socavan la eficacia de las acciones.

En este contexto, es profundamente desalentador que el Consejo Europeo no haya logrado acordar una respuesta fiscal común a la emergencia sanitaria y las consecuencias presupuestarias conexas. La falta de solidaridad europea plantea un peligro existencial para la UE. La coordinación y sincronización de la respuesta de Europa, se está haciendo más fuerte a la vez. Las decisiones son necesarias urgentemente para evaluar la opinión pública y los mercados financieros ,que los Estados Miembros más afectados por la pandemia puedan contar con la solidaridad sin reservas de los demás. Ha llegado el momento de aprovechar al máximo el alcance que nos permiten los Tratados Europeos.

Instando a una cooperación efectiva, acciones más audaces y una solidaridad genuina

Los argumentos a favor de una respuesta europea coordinada y sincronizada son cada vez más fuertes.
Es urgente tomar decisiones para tranquilizar a las opiniones públicas y a los mercados financieros de que los Estados miembros más afectados por la pandemia pueden contar con la solidaridad sin reservas de los demás.
Dado que la lucha médica y económica contra COVID-19 está vinculada, se requiere una respuesta europea doble, que aborde tanto los desafíos médicos como los económicos.

En primer lugar, es necesario asegurar la prestación de atención de salud en toda la UE mediante la distribución en toda la UE de los costos de las pruebas, las medidas de prevención, el equipo de protección y el tratamiento médico. Las investigaciones recientes indican claramente que entre los ciudadanos europeos existe un apoyo considerable a un marco normativo eficaz que centralice la adquisición, el almacenamiento y la asignación de los medicamentos. Los dirigentes de la UE deberían mostrar la misma disposición a aceptar acuerdos de solidaridad para hacer frente a las emergencias sanitarias. LECE da soporte al principio de subsidiariedad, pero la pandemia ha dejado claro que la solidaridad sana es un objetivo importante de la UE que clama una soberanía compartida, especialmente en emergencias sanitarias. La actual crisis está mostrando su poder a destinar enormes inversiones en la prevención de pandemias a nivel de la UE. Un esfuerzo colectivo a nivel europeo es más necesario que nunca y se tendría que reflejar en el nuevo presupuesto de la UE.

En segundo lugar, si bien COVID-19 es un choque exógeno y simétrico que afecta a todos los países de la UE, el impacto económico y social resultante es diferenciado en función de la profundidad del golpe de la pandemia, las condiciones económicas y financieras imperantes, la resistencia y los amortiguadores sociales disponibles. Si no se adoptan medidas para asumir conjuntamente la carga fiscal y financiera de las dificultades, existe el riesgo material de que la crisis de la pandemia dé lugar a fuertes divergencias económicas y desencadene una nueva crisis de deuda soberana en la zona del euro.

Por lo tanto, en los próximos días es imperativo acordar entre todos los Estados miembros de la zona del euro, y más ampliamente de la Unión Europea, una respuesta fiscal común. Esto debería garantizar que los costos presupuestarios de la crisis de la pandemia se financien en idénticas y ventajosas condiciones en todas partes sin distinción.

Consideramos, como ha propuesto repetidamente la ELEC, que una emisión conjunta por parte de los países de la zona del euro de títulos de deuda (eurobonos COVID) por un importe significativo es esencial tanto para tranquilizar a los mercados como para apoyar a los Estados miembros -empezando por los más afectados, pero sin limitarse a ellos- a través de esta crisis excepcional.

Si esta solución de primer orden no se pudiera realizar a corto plazo, otras alternativas deberían ser implementadas rápidamente. Una primera opción sería un servicio nuevo o renovado del Mecanismo Europeo de Estabilidad, caracterizado por una condicionalidad ultraligera limitada a una supervisión a posteriori de los fondos utilizados para hacer frente a la crisis de la pandemia, un precio ultra bajo y aplicado por todos los países, aunque no recurran al servicio, para evitar el estigma. Como alternativa, o preferiblemente como complemento, podría establecerse un nuevo instrumento permanente para afrontar el impacto económico de los choques simétricos como pueden ser las emergencias sanitarias avalados por el presupuesto de la UE, con la posibilidad de ser complementado por recursos nacionales adicionales. Si se realizan estas valientes acciones, se aumentará la confianza en el euro, reforzando su poder con efectos positivos para la finalización de la Unión Bancaria y la Unión Internacional de Mercado de Capitales.

En las decisiones se deben tener en cuenta las divergencias en las emociones políticas de los Estados Miembros. La empatía, el respeto mutuo, la moderación, la creatividad y la auténtica capacidad de Estado son los ingredientes necesarios para dejar claro, cualquiera que sea el mecanismo de apoyo mutuo, que la Unión Europea es un proyecto de esperanza, solidaridad y responsabilidad. Para reunir soporte y confianza, los líderes de la UE han de comunicar de manera convincente ésta solidaridad. Ha llegado el momento de salvar vidas y de salvar a la Unión Europea.

Bernard Snoy et d’Oppuers (Presidente de ELEC International), Rainer Boden (ELEC International), Servaas Deroose (Asesor Especial del Presidente de ELEC International), François Baudu (ELEC International), Javier Arias (ELEC International), Olivier Klein (ELEC France), Andreas Grünbichler (ELEC Austria), Branco Botev (ELEC Bulgaria), Frances Homs Ferret (ELEC España), Alois Ochsner (ELEC Suiza), Maciej Dobrzyniecki (ELEC Polonia), Antonio Martins da Cruz (ELEC Portugal), Radu Deac (ELEC Rumania), Philippe Jurgensen (Presidente de la Comisión Económica y Social de la ELEC), Wim Boonstra (Comisión Monetaria), Senen Florensa (Comisión Mediterránea).

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