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Declaració de la LECE: Europa davant una nova oportunitat
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7 juny, 2016
Luxemburgo es una economía diversificada, con los sectores siderúrgico, financiero y de las tecnologías de la información como principales bastiones. Tiene el segundo PIB per capita más alto del mundo, y el primero en Europa, además de una deuda pública inferior al 25%. Es una de las tres capitales de la Unión Europea, con presencia de algunas de sus mayores instituciones y una de las principales plazas financieras del mundo. El embajador del Gran Ducado de Luxemburgo en España, Excmo. Sr. Jean Graff, compartió su exposición en el Almuerzo-Coloquio del Comité Español de la LECE celebrado el pasado 31 de mayo en el Círculo Ecuestre de Barcelona.
La clave del éxito en Luxemburgo es su constante apertura y búsqueda de grandes mercados fuera del país. Dispone de una gran estabilidad política y social, con una administración accesible y ágil. El marco fiscal es muy competitivo, y las empresas disponen de seguridad jurídica. Por necesidad histórica ha sido siempre europeísta. Su posicionamiento estratégico lo hizo un territorio disputado por las potencias europeas desde el siglo XIV. La evolución histórica le dio fuerza económica y a la vez capacidad para mantener autonomía y neutralidad.
El Embajador recordó en el Almuerzo-Coloquio del Comité Español de la LECE el descubrimiento de las minas de hierro a mediados del siglo XIX como el paso a una economía industrializada. Después de la Segunda Guerra Mundial, Luxemburgo pasa a ser la puerta de entrada de la industria norteamericana al Mercado Común de Europa, además de para otros inversores extranjeros. Esta relación con los Estados Unidos le da la oportunidad de emitir bonos, los eurodólares. Sin disponer de Banco Central, en los años sesenta empiezan a instalarse bancos alemanes, y posteriormente se desarrolla la banca privada para la venta de bonos a ese sector.
Ahí empieza su posicionamiento como gran plaza financiera, siendo ahora mismo el segundo centro mundial de fondos de inversión después de los Estados Unidos, con una fuerte cultura de protección de datos y de la confidencialidad, así como con reglas estrictas en materia de lucha contra blanqueo de capitales. A finales del siglo XX empieza el desembarco de bancos asiáticos, principalmente chinos, y de Oriente Medio. Así, el embajador Graff remarcó que la gran competencia de Luxemburgo está en la gestión de operaciones financieras transfronterizas complejas con distintas jurisdicciones, respetando las reglas de la UE, la OCDE y el FMI.
Jean Graff repasó la evolución política del país para llegar a la situación actual del Gran Ducado. El Luxemburgo moderno nace en 1815 en el Congreso de Viena, cuando pasa a ser Gran Ducado con autonomía bajo el reino de los Países Bajos. El territorio se vincula también a la Confederación Germánica. Posteriormente, con la creación de Bélgica, en 1839 en el Tratado de Londres se cede la parte francófona a aquél país. Luxemburgo pasa a obtener el autogobierno bajo el mando de la monarquía holandesa. Su proximidad territorial con Alemania hace que el Gran Duque, a su vez Rey de Holanda, acabe otorgando una administración autónoma a Luxemburgo, con una posterior Carta Constitucional que sirve de base para el joven Estado con democracia parlamentaria y monarquía constitucional.
En la Primera Guerra Mundial, Luxemburgo es invadida militarmente por los alemanes. Al finalizar la contienda, se refrenda la monarquía y se aprueba la unión económica y monetaria con Bélgica. Con la Unión Económica Belgo-Luxemburguesa -Francia renunció la propuesta del Gran Ducado para unirse económicamente a ella- Luxemburgo adoptó el franco belga como moneda, manteniendo el franco luxemburgués con limitaciones de emisión. No disponía, por lo tanto, de Banco Central. Internacionalmente, el país participó activamente en los trabajos de la Sociedad de Naciones en Ginebra, con una posición neutral.
En la Segunda Guerra Mundial es anexionada por la Alemania de Hitler. La gran duquesa Carlota y el Gobierno luxemburgués se exilian y se posicionan con los aliados. Es al finalizar la guerra cuando Luxemburgo se abre internacionalmente y participa y se posiciona como el centro institucional del multilateralismo europeo e internacional. Fue miembro fundador de la ONU, del Benelux, de la Organización Europea de Cooperación Económica (OECE), del Consejo de Europa y de la OTAN. En 1951 es uno de los miembros fundadores de la Comunidad Europea del Carbón y el Acero (CECA) y en 1957 de a la Comunidad Económica Europea (CEE). Empezó siendo sede de la CECA, y posteriormente ha pasado a ser sede de distintas instituciones europeas. En Luxemburgo se encuentra el Parlamento Europeo, el Tribunal de Cuentas y el de Justicia de la Unión Europea, así como el Banco Europeo de Inversiones.
El Embajador incidió en que Luxemburgo ha optado siempre por las políticas comunitarias, y apostado por el método comunitario basado en el derecho de propuesta de la Comisión europea y la co-decisión posterior por el Parlamento y el Consejo bajo la jurisdicción del Tribunal de Justicia. Además, es un país abierto a la inmigración. En los años sesenta llegó a un acuerdo para abrirse a la inmigración portuguesa. El ser sede de distintas instituciones europeas e internacionales, así como una de las primeras plazas financieras del mundo, la convierten en un espacio multicultural integrado.
El acto fue presentado por el presidente del Comité Español de la LECE, Carles A. Gasòliba, y lo concluyó el presidente del Círculo Ecuestre, Alfons Maristany. También contó con la presencia de la Cónsul Honoraria de Luxemburgo en Barcelona, Blanca Gallud Dexeus.